¿Qué diferencias hay entre insolvencia y liquidación?
El concurso de acreedores es un proceso complejo compuesto por diferentes fases y en el que aparecen términos que pueden llevar a confusión como la insolvencia o la liquidación.
La insolvencia y la liquidación son términos que suelen ser confundidos por muchas personas, ya que ambas se relacionan con situaciones financieras difíciles. Sin embargo, hay una gran diferencia entre ambas, y es importante conocerla si se está enfrentando a una situación financiera complicada o se está envuelto en un concurso de acreedores.
En este artículo, se profundizará en las diferencias entre la insolvencia y la liquidación, así como en los procesos que se llevan a cabo en cada caso.
¿Qué es la insolvencia?
La insolvencia se refiere a la imposibilidad de una empresa para cumplir con sus obligaciones financieras. Es decir, no puede pagar sus deudas a tiempo o no puede hacer frente a sus gastos. Esta situación puede ser temporal o permanente.
Cuando una empresa es insolvente, puede buscar ayuda de diferentes maneras. Algunas de las opciones disponibles incluyen:
- Renegociar las deudas con los acreedores: Esta opción implica hablar con los acreedores y llegar a un acuerdo para pagar las deudas a largo plazo. Los términos de pago se pueden renegociar para hacerlos más manejables para la empresa en cuestión.
- Acogerse a un acuerdo extrajudicial de pagos: Este tipo de acuerdo se lleva a cabo con la ayuda de un abogado y consiste en llegar a un acuerdo con los acreedores sin tener que acudir a la justicia. Este acuerdo es vinculante y puede incluir la venta de algunos activos para pagar las deudas.
- Presentar una solicitud de concurso de acreedores: Esta opción se lleva a cabo cuando una empresa no puede pagar sus deudas y necesita protección legal contra los acreedores. Un administrador concursal es nombrado por el juez para proteger los intereses de los acreedores y de la empresa o persona insolvente. El objetivo es llegar a un acuerdo para pagar las deudas a largo plazo y evitar el cierre de la empresa.
¿Qué es la liquidación?
La liquidación de la sociedad mercantil es el conjunto de operaciones que tienden a fijar el haber social o patrimonio de la sociedad con la finalidad de proceder a su posterior división y reparto entre los socios, una vez que se ha cumplido con las obligaciones frente a los acreedores.
Es decir, la liquidación es el proceso de vender todos los activos de una empresa para pagar a los acreedores. Este proceso se lleva a cabo cuando una empresa no puede pagar sus deudas y no puede recuperarse financieramente. La liquidación es una medida extrema que se toma cuando no hay otras opciones disponibles.
Cuando se lleva a cabo una liquidación, los activos de la empresa se venden y el dinero se utiliza para pagar a los acreedores. Los activos pueden incluir propiedades, maquinaria, inventario y otros bienes.
El paso previo a la liquidación es la disolución, que implica un cambio en el fin social de la empresa, para dedicarse a una acción meramente conservativa y liquidatoria. Es decir, se suspende la actividad ordinaria de la empresa y se procede a la liquidación. Tras esta última, la empresa quedará extinta.
La liquidación de una sociedad mercantil debe realizarse siguiendo las directrices establecidas en la Ley de Sociedades de Capital, en su artículo 360 y siguientes.
Diferencias entre insolvencia y liquidación
La principal diferencia entre insolvencia y liquidación, podríamos decir que, es que una es causa de la otra. Es decir, una situación de insolvencia prolongada en el tiempo puede derivar en la liquidación de la sociedad.
Por ejemplo, una empresa que está inmersa en un concurso de acreedores lo está porque está afrontando una situación de insolvencia. Durante ese proceso, la empresa puede llegar a un acuerdo con los acreedores para pagar su deuda y seguir realizando su actividad. Por el contrario, si no se llega a un acuerdo y no puede hacerse frente a las obligaciones, la empresa entrará en fase de liquidación para responder a la deuda que tiene con los acreedores.
Así pues, la insolvencia puede ser temporal y la empresa puede recuperarse y mejorar su situación financiera y económica. Sin embargo, la liquidación inicia un proceso en el que no hay vuelta atrás y culmina en la extinción de la sociedad.
Hablamos, pues, de dos conceptos distintos en el que la insolvencia hace referencia a una dificultad económica y financiera de la empresa, mientras que la liquidación es un proceso marcado consecuencia de ésta para saldar sus deudas y cesar la actividad.
En cualquier caso, es recomendable buscar ayuda legal especializada en estos procedimientos y situaciones financieramente adversas.
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