En qué consiste una reestructuración empresarial
El objetivo de una reestructuración empresarial consiste en generar mayor competitividad y garantizar el futuro de la empresa
La expresión reestructuración empresarial puede asustar. Siempre suele ir aparejada a que la compañía está atravesando un escenario complicado. Sin embargo, el objetivo de una reestructuración empresarial no podría ser más positivo: generar mayor competitividad y garantizar el futuro de la empresa.
¿En qué consiste una reestructuración empresarial? ¿Cómo llevarla a cabo con éxito?
Saber adaptarse a los cambios es una constante en las empresas. Malos resultados económicos, mejorar su eficiencia, adaptarse a diferentes cambios tecnológicos o del mercado, empezar procesos de internacionalización o de ganar tamaño… Son muchas las razones que pueden llevar a una reestructuración empresarial. En algunos casos será suficiente con hacer unos pequeños cambios. En otros habrá que implantar un nuevo modelo empresarial.
Tipos de reestructuración:
- Interna. Para generar una mayor eficiencia en el funcionamiento de los departamentos.
- Financiera. Se hace con el fin de adaptar la compañía desde el punto de vista financiero, reestructurando todas las cuentas de la compañía. También suele darse cuando una empresa se une a otra, cuando es comprada por otra o cuando existe un cambio de titularidad.
- Tecnológica. Hoy en día, la transformación digital obliga a las empresas a realizar muchas reestructuraciones para adaptarse a los nuevos avances.
Para someter con éxito a una reestructuración empresarial hay que pasar por tres fases necesarias:
- Diagnóstico de la situación. Si no conoces bien el problema, los puntos débiles o los retos no sabrás cómo afrontarla. También debes estudiar los medios y las herramientas de las que disponen para corregir la situación.
- Tratamiento del problema. Una vez identificados los problemas hay que poner en práctica las estrategias seleccionadas para corregir la situación. En esta fase los compañeros de viaje van a ser fundamentales para alcanzar el éxito. Es imprescindible contar con el apoyo de profesionales que aporten confianza, tanto en la empresa como a entidades financieras, acreedores y clientes.
- Recuperación y crecimiento. Llegar a esta fase es el objetivo y solo llegaremos si las estrategias elegidas han estado bien pensadas y, por eso, han tenido éxito. En esta fase evaluamos la situación nuevamente, desarrollando métricas y sistemas de control para gestionar el cambio, controlar su evolución y anticipar problemas para asegurar el futuro de la empresa.
Para tener claro en qué consiste una reestructuración empresarial hay que saber que no es un proceso fácil. A la resistencia al cambio de modelo, están los riesgos asociados (un marco legal que dificulte el proceso, grandes inversiones de partida, contar con planes no realistas…). Sin embargo, hay que tener siempre presente que la supervivencia de una empresa depende de su adaptación al cambio. Por eso no hay que tener miedo a un proceso de reestructuración empresarial, sino que hay que saber cuándo realizarlo y hacerlo bien, enfocado y planteado para evitar que sea demasiado traumático.
Y como hemos señalado antes, para ello es imprescindible contar con unos buenos compañeros de viaje. En las tres fases del proceso de reestructuración. Así la empresa dispondrá de un diagnóstico que será una fotografía perfecta de la situación de la compañía. A partir de ese diagnóstico se podrá trazar un plan para corregir los problemas y para llevar a cabo la reestructuración con éxito. Y así volver a ser una empresa competitiva y con las cuentas saneadas.
En Sirera y Saval tenemos una gran experiencia en procesos de reestructuraciones empresariales y podemos asesorarle sobre cómo realizar el proceso y obtener los máximos beneficios posibles de él, para dar continuidad a la compañía.
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