Actualmente tan solo un 28% de las empresas familiares cuenta con un Protocolo Familiar. Y sin él, muchas de estas empresas están condenadas a su desaparición cuando se produzca un relevo o un cambio generacional. 

Solo un dato más: según los expertos, la tasa de supervivencia de una empresa se triplica en caso de elaborar el Protocolo Familiar. 

Qué es el Protocolo Familiar

Así, el Protocolo Familiar se convierte en una eficaz herramienta para establecer unas normas claras que faciliten la convivencia presente y futura.

¿Qué es el protocolo familiar?

Es una serie de normas y códigos de conducta, a los que se someten todos los miembros de la familia de mutuo acuerdo. 

• En él se regulan las relaciones entre los miembros de la familia y la empresa.
• Debe abarcar aspectos como la titularidad, sucesión y gobierno de una empresa familiar.
• Se tiene que intentar dar respuesta a los problemas que pueden surgir a la hora de plantearse y que puede llegar a afectar a las relaciones profesionales, económicas o incluso personales entre familia y empresa.

¿Cómo debe ser?

Aunque debe ser único y diferente para cada empresa, ya que cada una tiene características propias que le identifican, sí que hay una serie de elementos que debe estar presentes en el Protocolo Familiar.

• Regulación de los aspectos relativos a la disposición y administración de las acciones/participaciones de la Empresa Familiar.
• Régimen de derechos y obligaciones inherentes a la condición de miembro de la Familia.
• Definir la política de contratación de familiares en la Empresa Familiar y su retribución.
• Establecer las normas que regirán la sucesión entre familiares.
• Fórmulas para resolución de conflictos.
• Pactos intrafamiliares.
• Composición y funcionamiento de los órganos familiares, que suelen ser la Junta de Familia, El Consejo Familiar y los Comités de seguimiento del Protocolo Familiar. 

La importancia de un Protocolo Familiar

¿Por qué necesito un Protocolo Familiar si ya tenemos una estatutos sociales en la empresa? Porque son dos cosas totalmente diferentes. Los estatutos de la empresa son una herramienta rígida y estándar, muy similar en casi todas las empresas. Un Protocolo Familiar es como un traje a medida para regular las relaciones entre familia, propiedad y empresa y contempla aspectos que quedan fuera de los estatutos sociales de la empresa.

Por ejemplo, con el Protocolo Familiar se trata de evitar que los intereses de la familia puedan perjudicar a los de la compañía, un problema muy habitual en las empresas familiares. O al revés, evita o reduce el traspaso de problemas de la empresa a la familia.

Además permite profesionalizar la manera en la que se gestiona el negocio. Todo ello con el fin de asegurar la continuidad de la empresa de una manera eficaz. Pero para ello desde Sirera y Saval siempre damos dos consejos a los que nos piden asesoramiento para la elaboración de su Protocolo Familiar.

El primero es que hay que evitar un error muy común, que una vez elaborado el Protocolo Familiar guardarlo en el cajón y olvidarse de él. Debe cuidarse, vigilar que se cumpla y mantenerlo actualizado, revisándolo cada cierto tiempo, para adaptarse a las nuevas circunstancias de la empresa o de la familia.  

Y el segundo consejo es que los valores del proyecto empresarial, el trabajar por el equilibrio entre la empresa y la familia y también el mantener la estabilidad y la armonía familiar son valores que deben transmitirse de padres a hijos. Para que todos conozcan la importancia del bien colectivo por encima del bien individual y así ahorrar muchísimos quebraderos de cabeza.